Brebajes

martes, 22 de noviembre de 2011

Besos en la entrepierna




Las cartas están puestas sobre la mesa, el humo del disfrazado tabaco, corrompe mis arterias, pensando en ese hombre de refinadas pestañas, que tiene por voz a un clavicordio.
El día entero repleto de colores, miradas que sugieren plumas de deseo, cae la lluvia en mi sueño y me toca reposar la materia. Mi mente se aleja de entre las canciones nocturnas que lleva la luna en su seno.

Seremos, una porción de arena en el desierto, solamente inventado como salir de la rutina cotidiana, infinito pensamiento viaja ligero entre los planetas, y la mente poderosa se acerca a la visión de un futuro alterno, donde el absurdo gobierne y al ritmo de Saturno nos bese las entrepiernas.
El bailarín más hermoso se posa sobre los corales, y empieza esa danza donde se destruyen los mundos; entre la galaxia, se asoman las nebulosas, presumidas pavonean sus colores. El muerto de negros pensamientos, llamado cosmos, se ilumina por un momento al verlas pasar.

Esperanza futura de una pasión que marchite mi cuerpo, donde amar sea respirar el mismo aliento. Despertar después de habernos entregado por completo, una noche de próximo invierno.

En esta piel tangible se esconde un secreto, solo el azul cura ese recuerdo. Pero por dentro arde fuerte el carmín de tus besos. Dueles tanto, como escuchar al viento romper una ola, corres buscando la gloria entre los vagabundos, y cuando te nombran rey del carnaval, caes del trono muerto por el flechazo de la fría soledad.




Rhapsody Blue

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