Suki Mars
1 Oct 2012
Creo en el universo flotante, en un abismo de iridiscencia de mil
colores burbujeante. Siento que este cuerpo trasmuta hacia el vértice de los
enigmas. Miro como pasa la naturaleza con su alma de mil colores, se detiene un
segundo sobre mis chakras. Escucho una melodía de serpientes, un alucinante cascabel
venenoso terremoto de ideas.
Respiro el sol naciente de la
mañana, con las pupilas perdidas entre la nítida plata sumergida en el éter.
Reencarno en una mariposa que va volando sobre la selva, y al sonido de la
sitara danzo en un baile de místicas ruinas. Camino así con las alas fosforescentes.
Desvanezco el credo de lo desconocido.
Comparto
el néctar divino de la mar de jade en llamas. Transformo los universos en
pequeñas gotas de cristal humeante, en auras turquesas veo flotando el viento y al sonido del colibrí
escarlata se baja el telón del acido acto. Sueño con el difunto emperador de la
Atlántida una vez más entre difracciones la cicatriz del agua desnuda mi cuerpo
con espuma marina.
Acelero el ritmo del crepúsculo,
entre naves montañosas se pierde el eco de las fogatas. Columpio mis manos
hacia el péndulo del destino, hacia la caverna de la luna.
Soy una pantera de colores un felino
de fuego, cómplice de una estrella esmeralda bañada por el nocturno amanecer
del rocío. Tripulante mística del firmamento. Bebo así la copa infinita del
veneno de la mantarraya. Caracoles
borrachos de océano. Persigo el
ancestral libro de recuerdos sin tiempo.
Termino siempre viajando por
dimensiones, fumando un litoral de aventuras, amo el dulce olor de la incógnita,
el aire de cada planeta. Conozco tantos viajeros que siento
que yo también viajo con ellos en espíritu. Con unas alas inmensas que
emergieron de la sepultura del abrazo. Es muy pequeño
el centro del ego basta con caminar entre la naturaleza para saber que hay un
mundo lleno de posibilidades, destinos fractales, un misterio de naturaleza que
vibra y llama desde lejos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario