Comenzaba el filo de la
madrugada, cuando entre el silencio de los sueños ajenos, se escucho un extraño
ruido, ahogado por los ladridos de los perros. Había una voz que exhalaba
distante un lenguaje extraño, luego nada de nuevo se escuchaba, solo el
silencio que irrumpe la onda. Empezaban a salir los antiguos. Soñaba que tenia
la invisibilidad en lo oscuro y en un instante surgía de los entes de
extranjeros fantasmas que buscaban asilo, en los ruinas del conocido miocardio.
Excelso llegar sin rasguños al camposanto, fui a buscar un lugar iluminado para enterrar el recuerdo, sabía que efímero era el despertar de las mariposas. Hermoso destello me provocaron tus ojos aquella mañana, entre las ánimas enterradas en el mortífero campamento. Sin saber ni buscarlo llego a mí un revolucionario con el que hacía el amor todas las noches.
Suspiro efímero, abrazo salado,
diagrama irregular. Formulas de deseo, apasionadas figuras con falacias
promesas, éxtasis de la órbita. Explota el
eclipse de nuevo, amargo lucero que
pintas la superficie lunar. Regalan crueles los astros un manto de firmamentos.
Así has sido enterrado nodo sinusal. Que me quitaste el aliento en un
impulso eléctrico. Sí lo admito con un poco de tristeza terminó el funeral, lo siento saliste de mi organismo en
aquella lagrima, que se confundió con la lluvia. Te derramo en el cementerio,
linda fue la aventura ahora renaces y tu nombre se marca en una lapida como
verso.
Suki Mars
Jul 2012
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